
Suelo pensar que un hombre cualquiera, hasta uno con muy poco talento, de encontrarse perdido en un planeta lejano, sentiría bastante pronto y de manera acuciante la necesidad de expresar su existencia, el mundo, sus miedos, sorpresas o pasiones. Y enseguida, incluso antes de buscar un cómodo rincón donde dormir en su Cráter Planetario, dispondría un grupo de piedras de forma bonita y protectora, o se acurrucaría cantándose algún estribillo…
Y si Robinson Crusoe no fue “más artista” tal vez sea porque sabía que no estaba solo en un mundo incomprensible, o que sólo lo estaba por un tiempo.